Un día al verlo tan solo, alguien se apiadó de él y le dijo: Adán, duerme. Cuando éste despertó, se halló al lado de un ser semejante y a la vez tan diferente. Desde ese momento amó a Eva por sobre sí mismo.
Al enterarse Dios de la creación del amor, fue tanto su enojo que expulsó del cielo al atrevido y del paraíso, a los otros dos.