jueves, 29 de septiembre de 2011

ANTIMIA SIN SABOR

¿Cuánto dolor anda
Tras los pasos de la tarde
Y cavilan insensatas, en redor de mi recuerdo,
las doradas hojas, robadas al otoño
Y obsequiadas al viento?


¿Cuánto dolor aún  recurrente,
Cuánta nostalgia, aún desde siempre
Y las noches que caminan
Como sombras ciegas en elcorazón doliente
No descanzan ni a la paz de esta belicosa muerte?

martes, 27 de septiembre de 2011

DECIR ADIÓS

¿Qué significa decir adiós? Cuántas veces nos hemos topado, de manera casual o premeditada, con esta simple palabra: “ADIÓS” y le hemos dado el significado tradicional, frío, despiadado, o quizá hasta hayamos buscado su valor significativo en un diccionario, sin imaginar, de primera intención, que existen palabras que no solo son emisiones sonoras o vagos escapes de sílabas entremezcladas con aire. También yo, algunas veces he pronunciado la palabra Adiós sin entender a la perfección su verdadero significado. Porque, utilizamos esta palabra cuando nos separamos de un amigo, aún sabiendo que después de algún tiempo (corto o extenso) vamos a volverlo a ver. Lo utilizamos también cuando nuestra rabia, nuestro descontento o nuestra frustración nos hacen renegar de algo o de alguien y entonces emitimos el sonido lapidante: “No te soporto más, me voy. ¡Adiós!” Y mientras lo hacemos ignoramos, una vez más, el verdadero significado de esa pequeña palabra que muchas veces nos ha dejado un sabor amargo, sino en la boca, en el corazón. Porque, no es de ocultar que la sola presencia de esta pequeña palabra llena nuestro subconsciente de una ausencia infinita, de un temor a la orfandía que muchos de nosotros arrastramos desde la infancia y a la cual, ya de grandes tenemos miedo de retornar. Estoy seguro que de alguna manera le tenemos miedo a esta palabra, le tememos porque nos da una especie de anticipación de abandono, abandono que aunque no sea físico o corporal, es igual de dañino y angustiante como un abandono subjetivo y espiritual. Hay quienes afirman que las palabras no tienen ninguna acción física en las personas o no deberían tenerlas, puesto que son solo palabras y están hechas de aire y hacia el aire van. No puedo afirmar ni desechar estas observaciones, pero sí puedo agregar que existen palabras que tienen una influencia directa en los seres humanos, en su Yo subjetivo, en lo más profundo de su corazón. No estoy seguro si por su carga semántica, su significado, la forma de cómo se dicen, o por su explosión emotiva, pero sí podría afirmar que existen palabras que son capaces de ruborizarte, amilanarte, envalentonarte, o simplemente desampararte.

La palabra Adiós a través del tiempo ha tratado de disimular su enorme poder de disyunción con palabras menores como "hasta luego", que a mi modo de ver no tiene ni son ni ton. También se ha intentado utilizar "hasta pronto o hasta siempre" y sus emisiones no pasan de ser únicamente palabras. Entonces, de acuerdo a todo esto ¿qué significa decir adiós? ¿Acaso es abandonar al ser que se ama para nunca más retornar a él? ¿Significa acaso partir hacia una inmensa soledad de la cual uno es conciente de que ya no podrá retornar? He comprobado que decir adiós no es solo silabear una despedida, sino, incrustar el alma en la palabra misma  y dar a entender, a quien la oye, que tu presencia se disipará con ese pequeño halo de sonido emitido por nuestro viento interior.

¿Cuántas veces, cansado de tanta ausencia he deseado olvidar todo y decirle adiós a todas las personas y hasta a todos los recuerdos y me he topado de cara con la realidad de que esa pequeña agrupación de sílabas no es capaz de surgir tan fácilmente desde mi alma como cualquier tonto podría imaginarse? Decir adiós no solamente significa dejar tu ausencia presente en la vida de los demás; es también, separar el tiempo del espacio y hacer que el mundo gire mucho más lento de lo adecuado. Es desvalijar los tesoros del alma amiga y esparcir tu recuerdo en alguna promesa ambigua. Decir adiós es mucho más que salir de la realidad para refugiarse en una fantasía. Es más que un capricho, una intención, una felonía. Es robarle la ilusión a una vida, como arrancarle la inocente felicidad a la sonrisa de una niña.

Decir adiós entonces no significa despedirse de los demás, sino, ausentarse para siempre de uno mismo.