sábado, 6 de diciembre de 2008

El Santuario De la Princesa

Las posibilidades de llegar hasta aquel santuario eran remotas. Los pasos cansinos demoraban mi afán y disminuían de alguna manera el ímpetu de la travesía. Su lejanía era cada vez mas evidente. Pensaba que jamás llegaría a acercármele siquiera. Con algo de valor y proposición, logré avistar la fortaleza intacta. Sería un convento? me preguntaba al observar la facha de tranquilidad y pulcritud que de ella manaba. la observé detenidamente para no perder detalle alguno antes de poder dar el paso decisivo. Las puertas, colosos de madera antigua. Pulcramente talladas y muy bien resguardadas por algunos candados de bronce de antaño. Las paredes muy altas, difíciles de escalar, me había dado una única alternativa posible. Hallar la puerta y tratar de ingresar.
Llamé muchas veces y no hallé respuesta. La luna, guardiana de aquel santuario me observaba sigilosa los pasos que daba. Por qué las puertas están cerradas? porque no hay lugar para un viajante dentro de estas paredes? era obvio que antes, aquella fortaleza hubo de albergar a guerreros inimaginables, hombres de valor incalculable, seres míticos hechos a la leyenda. Pero ahora, solo quedaba de toda su grandeza la soledad bajo la noche. Su hermetismo y su misterio habían llamado mi atención desde el principio. Su silencio había hecho que mi curiosidad albergara un furor de montaña. Sabía que el interior de aquel Santuario poseía riquezas inimaginables, riquezas que podrían engrandecerme como persona, como amigo y como hombre. Todo sería un bien necesario. Esperé con la paciencia que tiene Dios para hacer las cosas y decidí entrar por la mañana, sabiendo que de día, estaría alejada su guardiana.
Al primer rayo de luz, tenía preparadas ya todas las armas. Una oración santificada, llaves de todas las clases y modelos, algunos gestos.
forcé la cerradura y las puertas se me abrieron casi temerosas. Sentían seguramente que un extraño las invadía. La oscuridad del primer contacto también produjo temor en mi ser. Mi decisión era firme, sabía lo que quería y cual era el riesgo de todo lo que eso significaba. Me arriesgué, aun sabiendo que podría morir en el intento. Palpé las paredes frías en principio, pero que después adquirieron un calor semejante al de mis manos. La hostilidad del interior se fue haciendo cada vez menos hostil y supuse que ya no era más un extraño en aquel lugar.
Hay personas que sueñan y esperan que sus sueños se hagan realidad. Hay personas que van en busca de sus sueños hasta hacerlos realidad. Prefiero ser de aquellos que van en busca de sus sueños y esperan el desenlace final. Respeto mucho ese santuario, respeto mucho lo que se encuentra dentro. Respeto mucho las imágenes santificadas que he logrado divisar momento a momento. Logré ingresar en aquel enigmático lugar y fuera de darme una satisfacción deportista me ha llenado de valor el corazón. Muy pocas personas saben valorar las cosas como yo. Sé que aquella fortaleza aun mantiene dentro mi presencia. Maldiciéndome quizá el haberla forzado, o por el contrario, añorando mi regreso. Hurté algo valioso de su pureza, mas lo hice de buen corazón aunque no justifique el acto de esa manera.Algún día he de volver para buscar el perdón necesario y de hallar consentimiento,habitar definitivamente en ella.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Monólogo Desde Adentro.

Tengo hoy entre los pensamientos un no sé qué, que se está comiendo mi tiempo. Una especie de paradoja emocional que me ha dejado la lluvia al pasar. Pienso demasiado y el pensamiento se hace jaqueca a mi costado. Un dolor interminable que me anula los pensamientos de vez en cuando. Pienso en las cosas que vienen, en las que pasaron y en aquellas que jamás llegarán. El rubor de los últimos acontecimientos ha llenado mi vida de una especie de ansiosa espera. Las personas tenemos ese pequeño defecto (me permito decirlo porque también yo lo tengo) esa ansiedad de hacer las cosas de prisa, quitándole la fluidez del misterio que ello implica. Las cosas solo son lo que son. Me han ido sucediendo muchas cosas a partir de mi tristeza. Hace más de dos meses he ido escribiendo para librarme de todo el dolor y la tristeza que llevo dentro y ello ha consumido mi tiempo de manera tal que no me deja espacio para llorar, ni para planear mi muerte detenidamente. Dios se ha portado bien conmigo, pensé que me había abandonado hace muchos años y que jamás volvería a ser lo que fui. Me equivoqué, a veces me equivoco demasiado y pienso que lo salda el mismo hecho de ser humano. No, los humanos se equivocan y procuran hacerlo solo de vez en cuando. Lo mío es algo anormal. Me equivoco hasta en la forma de equivocarme. Ya no lloro como antes pero, en el fondo, todavía lloro. He perdido la ilusión de enamorarme, pero en el fondo aún quiero enamorarme. He dejado de lado mis sentimientos y en el fondo aún quiero sentir...Revivir viejos momentos y sonreír. La tristeza no es obligatoria en una persona aunque sí, muy necesaria.
He conocido mucha gente desde entonces, personas que valoran las cosas que hago. Personas que nunca han estado pendientes del físico que tengo o de lo material que poseo. No pensé que podría resultar tan bueno escribir lo que pienso, describir lo que siento.
Me he sentido acompañado, dejando de sentirme solo dentro de mi soledad. Me he sentido útil, amado, esperado, necesario. Me han hecho llorar algunas palabras buenas, otras malas, alguna indiferencia de algunas personas, la gratitud de otras, el afán de hacerme sonreír, el afán de decirme que no valgo tanto como yo hubiera querido.
Todo pasa por algo, si no te quieren hoy, no hay que morirse de pena. Hay que saber que las cosas están hechas para cumplir un rol necesario, si has llorado hoy, reirás mañana y esa es una ley muy cierta en el azar de esta vida.
Ya no me siento triste, ya no me siento solo, ya no me siento ausente y lo más importante, ya no me siento enemigo de la vida. Ahora gracias a ustedes sé que existen muchas cosas por las cuales merece la pena vivir. Personas que merecen que uno esté ahí para hacerlas sonreír... y decirles cuan importantes son en la vida que estoy volviendo a vivir.
Gracias:
AruaL…Deyssi...Lizette...Andrómeda...Luna...Sombra...Daniela...JaZi...
Alicia...Flor...Azucena...Katheryn...Nemo...Rubén…Thalía...Dario…...Rosmery...Loreta...Arturo...Ángela...Pavel…Vayola...Gabriela...Shintya....Mónica...Willicito ...Angelito... Eliana... .... … … …
Muchas gracias amigos...por haber hecho que inconscientemente...vuelva a vivir.

domingo, 30 de noviembre de 2008

El Último Sueño...Binario.


La niña todavía se quejaba del horrible dolor que le subía desde el estómago hasta la desesperación, mientras sentía el abrazo de su madre como un grito de resignación que poco a poco la iba ahogando. Mmm... Mmm... dele muto Mamiiiiiii... Mamiiii...
Los quejidos de la pequeña se entremezclaron con los gemidos de la madre y éstos a su vez se bañaron en dos llantos distintos, pero unidos por una misma historia.
los gritos se fueron apagando mientras la madre susurraba muy quedo a sus oídos: Duérmete pequeña... Y apretaba en su pecho una súplica de perdón.
El sueño terminó por llenar de silencio la triste habitación.