La niña todavía se quejaba del horrible dolor que le subía desde el estómago hasta la desesperación, mientras sentía el abrazo de su madre como un grito de resignación que poco a poco la iba ahogando. Mmm... Mmm... dele muto Mamiiiiiii... Mamiiii...
Los quejidos de la pequeña se entremezclaron con los gemidos de la madre y éstos a su vez se bañaron en dos llantos distintos, pero unidos por una misma historia.
los gritos se fueron apagando mientras la madre susurraba muy quedo a sus oídos: Duérmete pequeña... Y apretaba en su pecho una súplica de perdón.
El sueño terminó por llenar de silencio la triste habitación.
3 comentarios:
Vladimir eres grandioso. Cuando leo tus cosas me siento como un pasajero del espacio.
cuidate.
besos.
el llanto, el dolor y la gran frustracion!!! se me es muy reconocida aunq en la inmensa oscuridad de la soledad no se distingan casi nada...ni lo bueno ni lo malo...simplente te ahoga sin saber kien eres!!!!...es muy significativo para mi lo q escribes...Arual
esta re dindo ninio!!!! ..... me gusta porque alguna ves !!!!!
alguien escribe cosas!! que dan casi con mio!! ^^
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