jueves, 2 de octubre de 2008


Voy huyendo del rumor de la tarde…
Del rencor de las tristes avenidas

Deja tras de sí, mi huida
Una interminable estela
De sueños sin cumplir.

Dejo atrás, por ejemplo:
El cristal amargo
De los besos rotos.

Dejo el vino maduro de nostalgias,
El aroma de los años,
La cálida atmósfera de nuestro nido.

Voy huyendo sin reparo
De la vida que Dios nos ha dado.

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