martes, 6 de agosto de 2019

EL DILEMA DE MAHABATHOR Y LA LUNA QUE SE MARCHITA


"El amor hace al hombre de tierra y consagra su polvo a la tristeza"

Alejandro Romualdo

Nunca he sabido nombrar a la tristeza que se asentaba en mi corazón; así como nunca supo Laura, que la amaba con pasión. Mis pensamientos escribían historias bipolares con un final común que nunca sucedió. Ella se marchó. La herida bañaba con sangre los pasadizos de mis laberintos mentales mientras mis esperanzas escribían algunos versos robados a la inspiración. Nunca pude saber por qué se teñían de otoño las rosas, ni por qué se congelaron las playas de la ilusión. Nunca supe que era una despedida, hasta que oí aquella canción..."Me voy a la otra orilla, lejos de tu vida, lejos del rumor de las mentiras. Me voy lejos de ti, a un destino mejor. No sé si algún día retorne a tu historia. Solo me voy, déjame ir. Solo me voy, la vida es así..." una triste melodía que consigo traía la nostalgia de un adiós. Recordé entonces, que nunca supo ella, de cábalas judías, sueños esotéricos, nada de Orixas.Si tan solo Laura, hubieran sido mis palabras mucho más fuertes que mis miedos o más expresivas que algunas cartas, quizá tu despedida no hubiera parecídome tan larga como para llenar de pasos mis caminos, ni mis rutas de ausencia. Has logrado olvidar, Laura tus promesas, nombrando mi recuerdo con una despedida, mientras yo lograba comprender que el amor está hecho de marfil y que mi soledad... lleva tu nombre... para mí.

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