martes, 6 de agosto de 2019

EL SUEÑO AHOGADO DE JESÚS



Me ha quedado el recuerdo
de unas manos
dibujadas por deseos
arrastrándose cual serpientes
por las arenas de tu cuerpo.



Besas mis noches
como si estuvieran mis sueños
con los labios abiertos...
poco a poco
tus cálidas caricias
van trastornando
mis tenues pensamientos
y no puedo sentirmás en mi pecho
el latir del plenilunio
seduciendo a la jauría
con el olor de la sangre
que llora tu falsa herida.
Besas mis noches
como si aún mis pensamientos,
evocaran inconcientes
el calor de tu sexo
y cargasen mis besos
a paso lento, y caída tras caída
la cruz del deseo
hacia tus gólgotas gemelos.

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