martes, 6 de agosto de 2019

JUEGOS MACABROS

El tiempo me ha enseñado a valorar los momentos más importantes de mi vida, valorar a las personas y valorar las cosas que hacen las personas por uno.

No quisiera ponerme sentimental o caer en un estado de cursilería patética en estos momentos ya que es el comienzo de un año que creo que a estas alturas de mi vida tiene la esperanza de ser esperanzador y bueno. No se puede conocer a las personas en su totalidad si es que ellas, no dejan que lo hagas. No se pueden saber los misterios que esconde la personalidad de cada uno si no logras ser buen observador y totalmente pasivo.

Hace más de un año he venido intentando ingresar en el subconciente de algunas de las personas de mi entorno que creo son diferentes. Personas que tienen el grado(para mí) de totalmente especiales.

No me ha resultado nada fácil crear mundos paralelos para lograr lo que me he propuesto. Muchas veces las personas creen que la locura ha llegado a invadir por completo mi personalidad, mi mente, mi mundo, mi corazón. Nada de eso. La locura es apenas un alisciente en mi personalidad que me sirve de impulso audaz para lograr mis objetivos: pequeños en parte, pero magnánimos en contenido.

He ido jugando con los temores de algunas personas, con el sentimiento de soledad, con el sentimiento de cariño, de maldad, de duda y de malisioso deseo. He sentido muchas veces que las personas no logran entender el verdadero significado de las cosas, que cada persona entiende las cosas como le conviene entenderlas y que cada uno tiene una forma diferente de sentir, de pensar y por último de ser.

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